INICIO DE CURSO EN EL SEMINARIO MENOR Y MAYOR DE TOLEDO PRESIDIDOS POR NUESTRO ARZOBISPO.

El Seminario Mayor volvió ayer a abrir sus puertas para inaugurar el curso académico con su tradicional misa, presidida por el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, y un solemne acto académico que contó con la lectura de la memoria del pasado curso escolar y una lección inaugural a cargo de Enrique Rodríguez Ramos, profesor de Filosofía del centro. Un año más, el secretario del Instituto Superior de Estudios Teológicos y del de Ciencias Religiosas Santa María, Francisco Fernández Jiménez, ofreció una breve pincelada sobre la intensa actividad académica, los estudios ofertados y el alumnado. Si bien este año las cifras son positivas porque aumenta en un 7% el número de alumnos que estudiarán en el Instituto Superior de Estudios Teológicos.

Este curso contará con 140 estudiantes, diez más que el anterior, la mayor parte seminaristas. De este numeroso grupo, 109 realizarán el ciclo de Grado de Teología y 31 alumnos cursarán el Máster de Teología, que incluye las especialidades de Historia de la Iglesia y Teología Fundamental.
También el Instituto de Ciencias Religiosas Santa María da la bienvenida al nuevo curso escolar. En este caso, se calcula que dispondrá de 75 alumnos, pero se trata de una estimación porque el plazo de matriculación aún está abierto. Por último, el Seminario Menor acogerá 58 jóvenes para la Educación Obligatoria Secundaria y el Bachillerato.

actos. La misa en la capilla del Seminario, que se inició a las 11 horas y terminó pasadas las 12, congregó a numerosas autoridades, entre las que destacó la presencia del delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, y numerosos alumnos, todos ellos con traje de chaqueta para la ocasión.
Por su parte, el arzobispo presidió la misa y el acto dando la palabra al secretario de ambos centros para que diera lectura de la memoria académica. Pero el protagonismo recayó en Rodríguez, cuya conferencia también ofrecía cierto misterio por su título, ‘Stromata’. El profesor apuntó que se trataba de una palabra griega que significa tapices, indicada para la lección inaugural, ya que explicó varios conceptos vinculando la filosofía con la religión. Al respecto, comentó la importancia del ‘signo’ y del ‘don’ aplicados al sacerdocio.
Por tanto, Rodríguez recordó las palabras de Benedicto XVI en las Jornadas Mundiales de la Juventud del año pasado, «dos afirmaciones que realizó» para ensalzar el sacerdocio como «un estilo de vida sin mediocridad, una vida de servicio».
Además, el profesor de Filosofía aconsejó a los alumnos que se impliquen en sus estudios académicos porque «son fundamentales para el futuro sacerdote».

Fuente "La Tribuna"