"DONDE ABUNDO EL PECADO SOBREABUNDE LA GRACIA"

SAGRARIO Y SAGRADAS FORMAS PROFANADAS.

REPAREMOS LOS ULTRAJES A JESUS SACRAMENTADO


Reproducimos acontinuación la monición de entrada de la celebración de la Santa Misa del pasado domingo en la Parroquia de Calera y Chozas que nos ha remitido su Párroco como agradecimiento por la cercanía expresada por la Adoracion Nocturna de nuestra diocesis y los adoradores nocturnos.

El pasado jueves, día 8, a las 10 de la noche aproximadamente, este Sagrario que tenemos ahora abierto y sin luz fue profanado y nuestro Señor Jesucristo, al que creemos realmente presente en las especies Eucarísticas, sufrió el sacrilegio de los que se lo llevaron, dejando unas pocas ostias consagradas entre el suelo del presbiterio y el mismo Sagrario.

Querido D. Braulio: estos días hemos vivido dos experiencias muy intensas. Por un lado una gran, grandísima tristeza que nos ha hecho derramar no pocas lágrimas. Sabemos que usted, como nuestro padre y pastor sufre con nosotros y con los fieles de las otras parroquias de la diócesis que han pasado por este trance: Sonseca, Añover de Tajo, Cedillo del Condado, Seseña, Fuensalida y Santa María de Benquerencia en Toledo. ¡Que mal pagan los hombres tanto amor como el Señor nos tiene desde la Eucaristía!.

Pero el Señor sabe sacar bienes de los males y me es grato comunicarle la respuesta de fe, de fervor y de amor que este pueblo ha querido ofrecer al Señor en la Eucaristía, a esas mismas ostias que recogimos del suelo y que al final de esta Misa llevaremos en procesión por nuestras calles… no solo este pueblo: en estos días han sido muchos (miles me atrebería a decir) los que desde muchos lugares han querido comunicarnos su dolor asociándose a nuestra oración y deseos de reparación. No son sino la punta de lanza de un gran ejercito que está con el Señor, aunque los tiempos sean, como lo son, difíciles. Esta experiencia de Iglesia ha sido un consuelo para nosotros… ¡Cuánto más lo habrá sido para el Señor!.

Le agradecemos inmensamente su presencia entre nosotros. Con usted aquí nos sentimos fuertes para poder levantarnos y seguir adelante en el empeño de conseguir que venga a nosotros el reino del Señor y pueda llegar el día en que todos los hombres lo adoren y le glorifiquen, también los que lo crucificaron.