"QUE NO TIEMBLE VUESTRO CORAZON" P. JORGE LOPEZ TEULÓN

Este viernes se presenta el libro «Que no tiemble vuestro corazón» de Jorge López Teulón

La obra está editada por el Arzobispado de Toledo y destaca que «este libro ayuda a conocer la geografía diocesana martirial»

El Arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, destaca en la introducción que «las páginas de este libro nos ayudan a conocer la geografía diocesana martirial, a través de decenas de seglares que nos muestran que la entrega total y absoluta es necesaria».

La Delegación de Apostolado Seglar del Arzobispado de Toledo y la Postulación de la Causa de los mártires presentarán el próximo viernes en Toledo la obra «Que no tiemble vuestro corazón. Llamados a la santidad», cuyo autor es Jorge López Teulón, en la que se recogen el testimonio de laicos ejemplares de la Archidiócesis de Toledo, que fueron testigos del Evangelio y en la persecución proclamaron su fe. Precisamente el Arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, destaca en la introducción que «las páginas de este libro nos ayudan a conocer la geografía diocesana martirial, a través de decenas de seglares que nos muestran que la entrega total y absoluta es necesaria».

Señala también Braulio que «el tema de este curso pastoral 2013 – 2014 “Llamados a la santidad", que da título a este trabajo, nos invita a impulsar la coherencia entre la fe y la vida para la vivencia plena de la propia vocación y misión, cuidando la vida espiritual».

«En estos últimos años – afirma Jorge López Teulón – desde la Postulación hemos intentando contribuir a dar a conocer la vida de aquellos sacerdotes, religiosos y laicos que con su sangre regaron nuestra Archidiócesis», aseverando que «esta nueva publicación es muestra ella» y pidiendo que «desde el Cielo nuestros mártires laicos alumbren el caminar diario para ser testigos de Cristo en medio del mundo y así llegar un día al Reino de los Cielos».

PROCESIÓN DEL CORPUS EN TOLEDO

Procesión del Corpus Christi en Toledo: Con gran gozo y recogimiento, en una afirmación de fe eucarística y de comunión eclesial, el pasado día 30 de Mayo, caminamos junto al Señor Sacramentado por las calles de Toledo Adoradores/as de las Secciones de Fuensalida (ANE y ANFE), Ocaña (ANE), Oropesa (ANE y ANFE) Sonseca (ANE Y ANFE) y Toledo (ANE y ANFE). 

Agradecemos entre nosotros la presencia de adoradores de las Secciones de Algemesí (Valencia) (ANE) y de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) (ANE), que también nos acompañaron.

Con anterioridad a la solemne Procesión Eucarística, en la S.I. Catedral Primada, asistimos a la Santa Misa en el rito Hispano-Mozárabe, presidida por nuestro Arzobispo el Excmo. y Rvdmo. Mons. D. Braulio Rodríguez Plaza.

VIGILIA EXTRAORDINARIA DEL CORPUS

Durante la Vigilia Extraordinaria que se celebró en la Iglesia parroquial de SAN ILDEFONSO, Por haber superado las asistencias reglamentarias a las vigilias de Adoración Nocturna, el pasado día 2 de Junio, víspera de la solemnidad del “CORPUS CHRISTI”, les fue impuesto a los siguientes Adoradores Nocturnos el distintivo :
Dª GRACIA PORRAS GUIJON DEL TURNO 1º
D. JOSE LUIS FERNANDEZ VICENTE DEL TURNO 4º

A todos ellos nuestra felicitación y oraciones.


XXVII PEREGRINACIÓN DE LA A.N.E. A FÁTIMA 2013

“Peregrinar es hacer andadura de fe en busca de más fe”

Con la peregrinación de este año, celebrada los pasados días 26, 27 y 28 de abril, son ya 27 las realizadas, organizadas por la Adoración Nocturna, al Santuario de Nuestra Señora de Fátima.

A lo largo de estos años han sido más de cien mil los miembros de este Movimiento que, de distintos puntos de España, se vienen concentrando en Fátima para rendir homenaje a nuestra Madre del cielo, renovar las promesas de afecto filial y pedir su mediación en nuestras tareas de apostolado: La unión en las familias, el fomento de vocaciones sacerdotales y religiosas, la paz en el mundo y por la Iglesia perseguida. Ella es mediadora de todas las gracias.

En nuestras peregrinaciones al Santuario todo se hace con sencillez de corazón y una íntima alegría que encierra un profundo sentimiento de gozo que se agranda al postrarse a los pies de la Virgen y ofrecerle nuestra humilde oración. Los adoradores nocturnos, hombres y mujeres eucarísticos, sienten un especial afecto a la Virgen, modelo del verdadero adorador a la Eucaristía. 

La organización “PEREGRINACIONES EUCARISTICO MARIANAS”, vinculada a la Adoración Nocturna, que preside D. Jorge Lence Adrio, diseñó un amplio programa para los tres días señalados: Ofrenda florar, Procesión Eucarística, Santa Misa, Rosario meditado, Vigilia nocturna de adoración, Vía Crucis, conferencia, película sobre las apariciones, rezo de las Horas y la participación en otros actos propios del Santuario.

Luz y paz es lo que nos dejan estas peregrinaciones. Fueron tres días de intensos actos, pero de espíritu joven para acudir a todos. 

Llenos de gozo y de gracia regresamos a nuestros hogares con la esperanza de volver a saludar a la Madre en la próxima peregrinación.

CORPUS CHRISTI TOLEDO 2013

-JUEVES 30 DE MAYO - 10:00 h. S.I. CATEDRAL DE TOLEDO

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI EN RITO HISPANO-MOZARABE
Santa Misa y Procesión Eucarística por las calles presidida por D. Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo de Toledo, Primado de España

-SÁBADO 1 DE JUNIO- 22:30 h.
VIGILIA EXTRAORDINARIA DE LA ADORACION NOCTURNA

Parroquia de San Ildefonso, Barrio de Santa Teresa.

SAN PASCUAL BAILÓN, NUESTRO PATRON Y PROTECTOR.

Nació en Torre Hermosa, Aragón, España. Es el patrono de los Congresos Eucarísticos y de la Adoración Nocturna. Su gran amor fue la Sagrada Eucaristía. Desde los campos donde cuidaba las ovejas de su amo, alcanzaba a ver la torre del pueblo y de vez en cuando se arrodillaba a adorar el Santísimo Sacramento.

En esos tiempos se acostumbraba que al elevar la Hostia el sacerdote en la Misa, se diera un toque de campanas. Cuando el pastorcito Pascual oía la campana, se arrodillaba allá en su campo, mirando hacia el templo y adoraba a Jesucristo presente en la Santa Comunión. Como religioso franciscanos sus oficios fueron siempre los más humildes: portero, cocinero, mandadero, barrendero.

Durante el día, cualquier rato que tuviera libre lo empleaba para estarse en la capilla, de rodillas con los brazos en cruz adorando a Jesús Sacramentado. Por las noches pasaba horas y horas ante el Santísimo Sacramento.

Pascual compuso varias oraciones muy hermosas al Santísimo Sacramento Sus superiores lo enviaron a Francia a llevar un mensaje. Llegado a Francia, descalzo, con una túnica vieja y remendada, lo rodeó un grupo de protestantes y lo desafiaron a que les probara que Jesús sí está en la Eucaristía.

Pascual, habló de tal manera bien de la presencia de Jesús en la Eucaristía, que los demás no fueron capaces de contestarle. Lo único que hicieron fue apedrearlo. Había recibido de Dios ese don especial: el de un inmenso amor por Jesús Sacramentado. Siempre estaba alegre, pero nunca se sentía tan contento como cuando ayudaba a Misa o cuando podía estarse un rato orando ante el Sagrario del altar.

Pascual nació en la Pascua de Pentecostés de 1540 y murió en la fiesta de Pentecostés de 1592, el 17 de mayo (la Iglesia celebra tres pascuas: Pascua de Navidad, Pascua de Resurrección y Pascua de Pentecostés.

Pascua significa: (paso de la esclavitud a la libertad) Los milagros que hizo después de su muerte, fueron tantos, que el Papa lo declaró santo en 1690.

El Sumo Pontífice nombró a San Pascual Bailón Patrono de los Congresos Eucarísticos y de la Adoración Nocturna.

PEREGRINACION DIOCESANA AÑO DE LA FE.



El sábado 13 de abril pudimos contemplar un acto poco habitual ya que un nutrido grupo de adoradores realizó una peregrinación hasta el Parroquia de Santa María de la Asunción de Ocaña  para obtener, con las condiciones habituales, los beneficios de la indulgencia que reciben los peregrinos que se dirigen hacia la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios durante el presente año.

El Consejo diocesano de Toledo ha sido el promotor y organizador del acto que ha contado, como es lógico, con el apoyo logístico de los miembros de la Adoración nocturna de Ocaña, todo bajo el lema “Dichosa tú que has creído”.

La iglesia del Convento de las MM. Clarisas era el punto de encuentro y en su interior se celebraron algunos actos litúrgicos según el programa preparado y que fue repartido entre los asistentes para una correcta celebración de todos ellos. Don Eusebio, párroco de nuestra localidad, abrió el acto con una palabras de bienvenida a todos los asistentes, para, seguidamente, proceder con todos los actos, preces y ritos que se habían programado.



Concluídos estos actos en Santa Clara se formó una procesión que se encaminó hasta la iglesia de Santa María, pasando por la Plaza Mayor, ante el asombro y curiosidad de los que disfrutaban en las terrazas con el buen clima de que se gozaba en la población a eso de las siete de la tarde.

En la iglesia Parroquial tuvo lugar la Santa Misa con las I vísperas del domingo III de Pascua, con una gran solemnidad y nutrida asistencia de adoradores y fieles de Ocaña.

Tras la conclusión de la Santa Misa se invitó a todos los asistentes a permanecer durante 20 minutos en absoluto silencio para poder interiorizar oraciones íntimas y personales, cosa que sucedió con escrupulosa puntualidad. Tras este momento de meditación y espiritualidad se procedió a realizar la exposición del Santísimo y una procesión que transcurrió por la Plaza de Cristo Rey con exposición en el altar que está ubicado a los pies del Monumento de Sagrado Corazón de Jesús, para posteriormente retornar a la Iglesia de Santa María y postrarse ante la imagen de nuestra Patrona y elevar una oración especialmente preparada para el momento.



Finalizó esta adoración, llevada a cabo durante más de tres horas, con la alegría y satisfacción que se podía apreciar en los rostros de los asistentes por los beneficios espirituales obtenidos.

LA SANTÍSIMA VIRGEN NOS ESPERA HOY EN OCAÑA

 
La Santísima Virgen de los Remedios nos ospera hoy en Ocaña para ganar el jubileo concedido por la Iglesia con motivo del Año de la Fe. Daremos gloria al Señor consagrando la Adoración Nocturna al Corazón de Jesús ante el monumento que se levanta en la Plaza de Cristo Rey ante la iglesia Parroquial.
 
 




 

Tendremos especialmente presente a D. Luis de Trelles y Noguerol nuestro fundador, pues hoy como cada año hacemos, se celebra también la ofrenda nacional de la Adoracion Nocturna ante su tumba en la catedral de Zamora.

CRISTO VIVE - FELIZ PASCUA DE RESURRECIÓN


Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia. No temáis, con esta invocación saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; no temáis. Vosotras venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado: ya resucitó, no está aquí (Mc XVI, 6 (Evangelio de la Misa del Domingo de Resurrección).). Haec est dies quam fecit Dominus, exsultemus et laetemur in ea; éste es el día que hizo el Señor, regocijémonos (Ps CXVII, 24, Gradual de esa misma Misa).

El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano. Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravilloso.

El Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna de Toledo, os desea Feliz Pascua de resurreción.

Sábado santo, día de silencio y de conversión


Hoy es un día de silencio en la Iglesia: Cristo yace en el sepulcro y la Iglesia medita, admirada, lo que ha hecho por nosotros este Señor nuestro. Guarda silencio para aprender del Maestro, al contemplar su cuerpo destrozado.

Cada uno de nosotros puede y debe unirse al silencio de la Iglesia. Y al considerar que somos responsables de esa muerte, nos esforzaremos para que guarden silencio nuestras pasiones, nuestras rebeldías, todo lo que nos aparte de Dios. Pero sin estar meramente pasivos: es una gracia que Dios nos concede cuando se la pedimos delante del Cuerpo muerto de su Hijo, cuando nos empeñamos por quitar de nuestra vida todo lo que nos aleje de Él.

El Sábado Santo no es una jornada triste. El Señor ha vencido al demonio y al pecado, y dentro de pocas horas vencerá también a la muerte con su gloriosa Resurrección. Nos ha reconciliado con el Padre celestial: ¡ya somos hijos de Dios! Es necesario que hagamos propósitos de agradecimiento, que tengamos la seguridad de que superaremos todos los obstáculos, sean del tipo que sean, si nos mantenemos bien unidos a Jesús por la oración y los sacramentos.

El mundo tiene hambre de Dios, aunque muchas veces no lo sabe. La gente está deseando que se le hable de esta realidad gozosa —el encuentro con el Señor—, y para eso estamos los cristianos. Tengamos la valentía de aquellos dos hombres —Nicodemo y José de Arimatea—, que durante la vida de Jesucristo mostraban respetos humanos, pero que en el momento definitivo se atreven a pedir a Pilatos el cuerpo muerto de Jesús, para darle sepultura. O la de aquellas mujeres santas que, cuando Cristo es ya un cadáver, compran aromas y acuden a embalsamarle, sin tener miedo de los soldados que custodian el sepulcro.

A la hora de la desbandada general, cuando todo el mundo se ha sentido con derecho a insultar, reírse y mofarse de Jesús, ellos van a decir: dadnos ese Cuerpo, que nos pertenece. ¡Con qué cuidado lo bajarían de la Cruz e irían mirando sus Llagas! Pidamos perdón y digamos, con palabras de san Josemaría Escrivá: yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré al Cuerpo frío, cadáver de Cristo, con el fuego de mi amor..., lo desclavaré con mis desagravios y mortificaciones..., lo envolveré con el lienzo nuevo de mi vida limpia, y lo enterraré en mi pecho de roca viva, de donde nadie me lo podrá arrancar, ¡y ahí, Señor, descansad!

Se comprende que pusiesen el cuerpo muerto del Hijo en brazos de la Madre, antes de darle sepultura. María era la única criatura capaz de decirle que entiende perfectamente su Amor por los hombres, pues no ha sido Ella causa de esos dolores. La Virgen Purísima habla por nosotros; pero habla para hacernos reaccionar, para que experimentemos su dolor, hecho una sola cosa con el dolor de Cristo.

Saquemos propósitos de conversión y de apostolado, de identificarnos más con Cristo, de estar totalmente pendientes de las almas. Pidamos al Señor que nos transmita la eficacia salvadora de su Pasión y de su Muerte. Consideremos el panorama que se nos presenta por delante. La gente que nos rodea, espera que los cristianos les descubramos las maravillas del encuentro con Dios. Es necesario que esta Semana Santa —y luego todos los días— sea para nosotros un salto de calidad, un decirle al Señor que se meta totalmente en nuestras vidas. Es preciso comunicar a muchas personas la Vida nueva que Jesucristo nos ha conseguido con la Redención.

Acudamos a Santa María: Virgen de la Soledad, Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdanos a comprender —como escribe San Josemaría— que es preciso hacer vida nuestra la vida y la muerte de Cristo. Morir por la mortificación y la penitencia, para que Cristo viva en nosotros por el Amor. Y seguir entonces los pasos de Cristo, con afán de corredimir a todas las almas. Dar la vida por los demás. Sólo así se vive la vida de Jesucristo y nos hacemos una sola cosa con Él.

VIERNES SANTO


Hoy queremos acompañar a Cristo en la Cruz. Recuerdo unas palabras de san Josemaría Escrivá, en un Viernes Santo. Nos invitaba a revivir personalmente las horas de la Pasión: desde la agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos hasta la flagelación, la coronación de espinas y la muerte en la Cruz. Decía: Ligada la omnipotencia de Dios por mano de hombre llevan a mi Jesús de un lado para otro, entre los insultos y los empujones de la plebe.

Cada uno de nosotros ha de verse en medio de aquella muchedumbre, porque han sido nuestros pecados la causa del inmenso dolor que se abate sobre el alma y el cuerpo del Señor. Sí: cada uno lleva a Cristo, convertido en objeto de burla, de una parte a otra. Somos nosotros los que, con nuestros pecados, reclamamos a voz en grito su muerte. Y Él, perfecto Dios y perfecto Hombre, deja hacer. Lo había predicho el profeta Isaías: maltratado, no abrió su boca; como cordero llevado al matadero, como oveja muda ante los trasquiladores.

Es justo que sintamos la responsabilidad de nuestros pecados. Es lógico que estemos muy agradecidos a Jesús. Es natural que busquemos la reparación, porque a nuestras manifestaciones de desamor, Él responde siempre con un amor total. En este tiempo de Semana Santa, vemos al Señor como más cercano, más semejante a sus hermanos los hombres... Meditemos unas palabras de Juan Pablo II: Quien cree en Jesús lleva la Cruz en triunfo, como prueba indudable de que Dios es amor... Pero la fe en Cristo jamás se da por descontada. El misterio pascual, que revivimos durante los días de la Semana Santa, es siempre actual (Homilía, 24-III-2002).

Pidamos a Jesús, en esta Semana Santa, que se despierte en nuestra alma la conciencia de ser hombres y mujeres verdaderamente cristianos, porque vivamos cara a Dios y, con Dios, cara a todas las personas.

No dejemos que el Señor lleve a solas la Cruz. Acojamos con alegría los pequeños sacrificios diarios.

Aprovechemos la capacidad de amar, que Dios nos ha concedido, para concretar propósitos, pero sin quedarnos en un mero sentimentalismo. Digamos sinceramente: ¡Señor, ya no más!, ¡ya no más! Pidamos con fe que nosotros y todas las personas de la tierra descubramos la necesidad de tener odio al pecado mortal y de aborrecer el pecado venial deliberado, que tantos sufrimientos han causado a nuestro Dios.

¡Qué grande es la potencia de la Cruz! Cuando Cristo es objeto de irrisión y de burla para todo el mundo; cuando está en el Madero sin desear arrancarse de esos clavos; cuando nadie daría ni un centavo por su vida, el buen ladrón —uno como nosotros— descubre el amor de Cristo agonizante, y pide perdón. Hoy estarás conmigo en el Paraíso. ¡Qué fuerza tiene el sufrimiento, cuando se acepta junto a Nuestro Señor! Es capaz de sacar —de las situaciones más dolorosas— momentos de gloria y de vida. Ese hombre que se dirige a Cristo agonizante, encuentra la remisión de sus pecados, la felicidad para siempre.

Nosotros hemos de hacer lo mismo. Si perdemos el miedo a la Cruz, si nos unimos a Cristo en la Cruz, recibiremos su gracia, su fuerza, su eficacia. Y nos llenaremos de paz.

Al pie de la Cruz descubrimos a María, Virgen fiel. Pidámosle, en este Viernes Santo, que nos preste su amor y su fortaleza, para que también nosotros sepamos acompañar a Jesús. Nos dirigimos a Ella con unas palabras de San Josemaría Escrivá, que han ayudado a millones de personas. Di: Madre mía —tuya, porque eres suyo por muchos títulos—, que tu amor me ate a la Cruz de tu Hijo: que no me falte la Fe, ni la valentía, ni la audacia, para cumplir la voluntad de nuestro Jesús.

JUEVES SANTO - INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTIA


La liturgia del Jueves Santo es riquísima de contenido. Es el día grande de la institución de la Sagrada Eucaristía, don del Cielo para los hombres; el día de la institución del sacerdocio, nuevo regalo divino que asegura la presencia real y actual del Sacrificio del Calvario en todos los tiempos y lugares, haciendo posible que nos apropiemos de sus frutos.

Se acercaba el momento en el que Jesús iba a ofrecer su vida por los hombres. Tan grande era su amor, que en su Sabiduría infinita encontró el modo de irse y de quedarse, al mismo tiempo. San Josemaría Escrivá, al considerar el comportamiento de los que se ven obligados a dejar su familia y su casa, para ganar el sustento en otra parte, comenta que el amor del hombre recurre a un símbolo: los que se despiden se cambian un recuerdo, quizá una fotografía... Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre, no deja un símbolo, sino la realidad: se queda Él mismo. Irá al Padre, pero permanecerá con los hombres. Bajo las especies del pan y del vino está Él, realmente presente: con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad.

¿Cómo corresponderemos a ese amor inmenso? Asistiendo con fe y devoción a la Santa Misa, memorial vivo y actual del Sacrificio del Calvario. Preparándonos muy bien para comulgar, con el alma bien limpia. Visitando con frecuencia a Jesús oculto en el Sagrario.

En la primera lectura de la Misa, se nos recuerda lo que Dios estableció en el Viejo Testamento, para que el pueblo israelita no olvidara los beneficios recibidos. Desciende a muchos detalles: desde cómo debía ser el cordero pascual, hasta los pormenores que habían de cuidar para recordar el tránsito del Señor. Si eso se prescribía para conmemorar unos hechos, que eran sólo una imagen de la liberación del pecado obrada por Jesucristo, ¡cómo deberíamos comportarnos ahora, cuando verdaderamente hemos sido rescatados de la esclavitud del pecado y hechos hijos de Dios!

Ésta es la razón de que la Iglesia nos inculque un gran esmero en todo lo que se refiere a la Eucaristía. ¿Asistimos al Santo Sacrificio todos los domingos y fiestas de guardar, sabiendo que estamos participando en una acción divina?

San Juan relata que Jesús lavó los pies a los discípulos, antes de la Última Cena. Hay que estar limpios, en el alma y en el cuerpo, para acercarse a recibirle con dignidad. Para eso nos ha dejado el sacramento de la Penitencia.

Conmemoramos también la institución del sacerdocio. Es un buen momento para rezar por el Papa, por los Obispos, por los sacerdotes, y para rogar que haya muchas vocaciones en el mundo entero. Lo pediremos mejor en la medida en que tengamos más trato con ese Jesús nuestro, que ha instituido la Eucaristía y el Sacerdocio. Vamos a decir, con total sinceridad, lo que repetía San Josemaría Escrivá: Señor, pon en mi corazón el amor con que quieres que te ame.

En la escena de hoy no aparece físicamente la Virgen María, aunque se hallaba en Jerusalén en aquellos días: la encontraremos mañana al pie de la Cruz. Pero ya hoy, con su presencia discreta y silenciosa, acompaña muy de cerca a su Hijo, en profunda unión de oración, de sacrificio y de entrega. Juan Pablo II señala que, después de la Ascensión del Señor al Cielo, participaría asiduamente en las celebraciones eucarísticas de los primeros cristianos. Y añade el Papa: aquel cuerpo entregado como sacrificio y presente en los signos sacramentales, ¡era el mismo cuerpo concebido en su seno! Recibir la Eucaristía debía significar, para María, como si acogiera de nuevo en su seno el corazón que había latido al unísono con el suyo (Ecclesia de Eucharistia, 56).

También ahora la Virgen María acompaña a Cristo en todos los sagrarios de la tierra. Le pedimos que nos enseñe a ser almas de Eucaristía, hombres y mujeres de fe segura y de piedad recia, que se esfuerzan por no dejar solo a Jesús. Que sepamos adorarle, pedirle perdón, agradecer sus beneficios, hacerle compañía.

"SINO CONFESAMOS A JESUCRISTO, NOS CONVERTIMOS EN UNA ONG"

 
Al presidir la Misa de Acción de Gracias por su elección como nuevo Pontífice ante todos los cardenales electores, el Papa Francisco pronunció su primera homilía y les explicó que "sino confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG que da pena pero no en la Iglesia, esposa del Señor".

Desde la Capilla Sixtina, donde ayer fue elegido como el Pontífice número 266 de la Iglesia Católica, el Papa Francisco reflexionó sobre las lecturas de la liturgia de hoy y dijo con claridad, citando al converso Leon Bloy, que "quien no predica al Señor predica al Diablo".

El Santo Padre, en una breve homilía espontánea que duró aproximadamente 7 minutos, señaló que "podemos caminar lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero sino confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG que da pena, pero no en la Iglesia, esposa del Señor".

"Cuando no se camina, uno se detiene. Cuándo no se edifica sobre piedras, ¿qué cosa sucede? Sucede lo que sucede a los niños en la playa cuando hacen castillos de arena, todo se cae y no hay consistencia".

El Papa, relacionando las tres lecturas de hoy, dijo que lo que las une "es el movimiento. En la primera lectura el movimiento es el camino, en la segunda lectura, el movimiento es la edificación de la Iglesia, en la tercera, el Evangelio, el movimiento está en la confesión. Caminar, edificar, confesar".

"Nuestra vida es un camino. Cuando nos detenemos, la cosa no va. Caminar siempre, en presencia del Señor, en la luz del Señor, buscando vivir de modo irreprensible que Dios pide a Abraham en su promesa".

Sobre la acción de edificar, el Papa dijo que al hablar sobre "edificar la Iglesia se habla de piedras: las piedras tienen consistencia, pero son piedras vivas, unidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre esta piedra angular que es el mismo Señor".

El Santo Padre alentó entonces a "caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es tan fácil, porque al caminar, al construir, al confesar en estos tiempos tan agitados, hay movimientos que no son propiamente movimientos del camino: son movimientos que nos tiran hacia atrás".

El Papa Francisco dijo además que "cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor, somos mundanos: somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor".

"Quisiera que todos, luego de estos días de gracia, tengamos el coraje de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor, de edificar a la Iglesia sobre la sangre del Señor, que está sobre la Cruz, y de confesar la única gloria, Cristo crucificado. Y así la Iglesia irá adelante", subrayó.


Al concluir, hizo votos para que "el Espíritu Santo, la oración de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado. Así sea".

ORACIÓN POR EL SANTO PADRE

 

Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la tierra, el Papa. En él tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego.

Creo firmemente que por medio de él tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.

Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas.

Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad. Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención. Así sea.
 

ENCUENTRO REGIONAL DE JÓVENES


COF Y CÁRITAS TOLEDO EMPRENDEN LA "CAMPAÑA BEBÉ"


La segunda semana de marzo el Centro de Orientación Familiar (COF) y Cáritas diocesana de Toledo emprenden una campaña de recogida de pañales, leche infantil y donativos, con objeto de dar respuesta a las urgentes necesidades de muchos niños que se ven gravemente afectados por la crisis económica. Se proporciona así una especial atención a los niños más vulnerables, menores de dos años y en situación de exclusión social.

Con el lema “Que no le falte la leche, que no le falte el pañal”, la acción se desarrollará en Toledo capital y Talavera de la Reina.

EJERCICIOS ESPIRITUALES.


En este tiempo de cuaresma como es costumbre desde hace algunos años ofrecemos la posibilidad de realizar un fin de semana de ejercicios espirituales promovidos por la Adoración Nocturna en la localidad de Madridejos (Toledo) serán del 8 al 10 de  marzo en el Convento de las M.M. Clarisas Franciscanas. 
El predicador sera el Rvdo. P. D. Mario Tarjuelo, sacerdote diocesano.
Para más información pueden contactar en el teléfono 678231267. 

PEREGRINACIÓN DIOCESANA DE LA ADORACION NOCTURNA CON MOTIVO DEL AÑO DE LA FE

 
PROGRAMA
Ocaña, Sábado 13 de Abril de 2013

18:00 h. Acogida, bendición y envío de peregrinos en la Iglesia de Santa Clara. (Convento de M. M. Clarisas - Plaza de Ercilla).
18:15 h. Procesión de banderas cantando el rosario hasta la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción.
19:00 h. I Vísperas y Celebración de la Eucaristía. Exposición del Santísimo Sacramento y tiempo para la adoración.
20:30 h. Procesión eucarística hasta el monumento al Sagrado Corazón de Jesús en la Plaza de Cristo Rey, profesión pública de fe y bendición.
21:00 h. Oración Jubilar, reserva del Santísimo Sacramento y besamanos de la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios.

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Durante el Año de la fe entero, convocado desde el 11 de octubre de 2012 hasta todo el 24 de noviembre de 2013, podrán lucrar la Indulgencia plenaria de la pena temporal por los propios pecados impartida por la misericordia de Dios, aplicable en sufragio de las almas de los fieles difuntos, todos los fieles verdaderamente arrepentidos, que se hayan confesado debidamente, que hayan comulgado sacramentalmente y que oren según las intenciones del Sumo Pontífice:

Cada vez que visiten en peregrinación una Basílica Papal, una catacumba cristiana, una Iglesia Catedral, un lugar sagrado designado por el Ordinario del lugar para el Año de la fe (por ejemplo los Santuarios dedicados a las Santísima Virgen María) y allí participen en alguna celebración sagrada o, al menos, se detengan en un tiempo de recogimiento con piadosas meditaciones, concluyendo con el rezo del Padre Nuestro, la Profesión de Fe en cualquier forma legítima, las invocaciones a la Santísima Virgen María.

Del Decreto de la Penitenciaría Apostolica sobre la indulgencia para el año de la fe.


AULA DE TEOLOGIA DESDE EL CORAZÓN DE CRISTO

Queridas familias:
Hace ahora tres años comenzó la andadura del “Aula de Teología desde el Corazón de Cristo” en el Instituto Teológico “San Ildefonso” de nuestra archidiócesis. El fin de este Aula es ayudar a sacerdotes, religiosos/as y seglares a profundizar en la teología desde la perspectiva del Corazón de Jesús.
En este año en el que en el marco del plan pastoral diocesano se ha dado una especial importancia a la familia desde el Aula y en colaboración con la Delegación diocesana de la Familia hemos querido ofrecer un curso de formación dirigido a los matrimonios y a los agentes de la pastoral familiar de nuestra diócesis. Con el título: “La familia: manifestación del Amor del Corazón de Jesús” el profesor D. Antonio Amado, de la Universidad de los Andes de Santiago de Chile, abordará los aspectos más importantes de la vida familiar desde la perspectiva del Corazón de Cristo.

Ofrecemos a continuación todos los detalles del curso:

Calendario:
Sábado 2 Marzo:
1 sesión: “La familia comunidad de vida y amor” (Del Génesis a S. Pablo)
2 sesión: “Santidad y amor esponsal. El amor de Xto a la Iglesia modelo del amor esponsal”

Sábado 16 de Marzo:
1 sesión: “ La paternidad divina como fuente y origen de toda paternidad. La paternidad humana icono de la paternidad divina”
2 sesión: “La vida familiar educadora de los hijos” y 16 de Marzo (Sábado)

Horarios:
16.30h a 18.00h (Conferencia y diálogo)
18.30h a 20.00h (Conferencia y diálogo)

Inscripción y matrícula:
Habrá servicio de guardería durante las ponencias. Para organizarlo bien y para saber cuántos monitores vamos a necesitar, os pedimos que nos aviséis de cuántos niños vais a traer, sus nombres y sus edades, escribiendo a cuidademishijos@gmail.com. Os rogamos que los apuntéis en ese correo hasta el miércoles 27 de febrero para la sesiones del 2 de marzo y hasta el miércoles 13 de marzo para las sesiones del 16 de marzo.

INSTITUTO SUPERIOR
ESTUDIOS TEOLÓGICOS SAN ILDEFONSO
Plaza de San Andrés, nº 3 - 45002 Toledo - Teléfono / Fax: 925 226 029

La matrícula para el curso son 15 euros que se abonarán al llegar. Serán destinados a sufragar los gastos del mismo.

Con el deseo de que este curso pueda ayudar a muchas familias de nuestra diócesis a crecer en su vocación de Iglesia doméstica os saludan con afecto:

José María Alsina Casanova
Director del “Aula de Teología desde el Corazón de Cristo”

Miguel Garrigós Domínguez
Delegado de Familia y Vida

EL ICONO DE LA VIRGEN DE CZESTOKHOWA VISITA TOLEDO DEL 26 AL 27 DE FEBRERO



El Icono de la Virgen de Czestokhowa, que ya ha peregrinado por toda Europa, en defensa de la vida humana y su dignidad, llegará a Toledo los próximos días 26 y 27 de febrero.

Esta peregrinación es una respuesta a las palabras de Juan Pablo II que hablaba de la urgencia de una oración por la vida que abarque al mundo entero. Miles de personas, en pueblos y ciudades, se acercan a rezarle y a confiarle el cambio de los corazones y de la sociedad, para que la vida humana sea respetada, querida y acogida.

Esta iniciativa se llama “De océano a océano”, porque empezó en el este de Rusia, junto al Océano Pacífico, y después de recorrer más de una veintena de países terminará en el Océano Atlántico, en Fátima (Portugal), desde donde se llevará a Canadá para seguir la ruta por el continente americano.

En España la experiencia está siendo extraordinaria y está superando todas las expectativas. En cada población es recibida con cantos, con bailes típicos y sobre todo, con una profunda devoción. Los fieles que han acudido a los distintos actos no tienen palabras para expresar la emoción y la paz que experimentan al ofrecer a la Virgen la defensa de toda vida humana. (Más información en www.deoceanoaoceano.org).

El Icono de la Virgen llegará a Toledo el 26 de febrero. Tendremos una Vigilia de Oración por la Vida, presidida por nuestro Sr. Arzobispo, en la Capilla de la Adoración perpetua, que comenzará a las 23h y finalizará a las 24h. Pasará la noche en dicha Capilla. Al día siguiente, celebraremos una Misa por la defensa de la vida, en la Parroquia de San Julián a las 9 de la mañana, que presidirá por nuestro Sr. Arzobispo. Al término de la Misa, el Icono será llevado a Ávila.
Fuente: Architoledo.org

MENSAJE DEL PAPA BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA 2013


Creer en la caridad suscita caridad
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16)
Queridos hermanos y hermanas:
La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.

  1. La fe como respuesta al amor de Dios
En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos para comprender el estrecho vínculo entre estas dos virtudes teologales, la fe y la caridad. Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol Juan: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16), recordaba que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva… Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un “mandamiento”, sino la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1). La fe constituye la adhesión personal – que incluye todas nuestras facultades – a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento: «El reconocimiento del Dios vivo es una vía hacia el amor, y el sí de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto único del amor. Sin embargo, éste es un proceso que siempre está en camino: el amor nunca se da por “concluido” y completado» (ibídem, 17).

De aquí deriva para todos los cristianos y, en particular, para los «agentes de la caridad», la necesidad de la fe, del «encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad» (ib., 31a). El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor -«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)-, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.

«La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor… La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz -en el fondo la única- que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar» (ib., 39). Todo esto nos lleva a comprender que la principal actitud característica de los cristianos es precisamente «el amor fundado en la fe y plasmado por ella» (ib., 7).

  1. La caridad como vida en la fe
Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).

Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).

La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).

3. El lazo indisoluble entre fe y caridad
A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica». Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.

La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios. En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Caritas en veritate, 8).

En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto – indispensable – con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.


A propósito de la relación entre fe y obras de caridad, unas palabras de la Carta de san Pablo a los Efesios resumen quizá muy bien su correlación: «Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (2,8-10). Aquí se percibe que toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad. Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.

4. Prioridad de la fe, primado de la caridad
Como todo don de Dios, fe y caridad se atribuyen a la acción del único Espíritu Santo (cf. 1 Co 13), ese Espíritu que grita en nosotros «¡Abbá, Padre!» (Ga 4,6), y que nos hace decir: «¡Jesús es el Señor!» (1 Co 12,3) y «¡Maranatha!» (1 Co 16,22; Ap 22,20).

La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud. Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre (cf. Rm 5,5).

La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano. Análogamente, la fe precede a la caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en ella. Todo parte
de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»), que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co 13,13).

Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo
torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.

ACTOS ANIVERSARIO ADORACIÓN PERPETUA DE TOLEDO



 
 
Con gran gozo y alegría, todos los integrantes de la Adoración Eucarística Perpetua de Toledo, anunciamos e invitamos a todos los toledanos a que nos acompañen en la celebración del VIII aniversario de la instauración en nuestra ciudad de e...sta capilla de adoración eucarística perpetua.
El evento se realizará a las 19,30 horas con la celebración de la Santa Misa, en el Santuario de los Sagrados Corazones de Jesús y María (Jesuitas). Posteriormente iremos en procesión con el Santísimo Sacramento por las siguientes calles: Alfonso XII, Rojas, Trinidad, finalizando la procesión en la capilla Arzobispal de la Inmaculada, para entronizar de nuevo a Jesús Sacramentado, donde permanecerá expuesto día y noche todos los días del año.
La Adoración Eucarística Perpetua, es una realidad en España. Nuestra capilla se inauguró en el año 2005, siendo la tercera en abrirse, y en la actualidad somos ya más de una treintena en todo el territorio nacional.
Una capilla de adoración perpetua es un faro de luz, punto y centro de la piedad eucarística. Allá donde se establecen, son punto de referencia abierto las 24 horas del día todos los días del año, con un solo fin: Adorar a Jesús Sacramentado, día y noche, sin interrupción hasta el final de los tiempos, con la ayuda del Señor y la protección de María.
Cuando se inicia una capilla de adoración no sólo se abre un Santuario Eucarístico, desde donde se irradia y promueve el especial amor de la Iglesia por la Santa Eucaristía, dignamente celebrada y continuamente adorada, sino que hace surgir una familia, una fraternidad eucarística entre todos los adoradores.
A participar en la adoración perpetua están invitados TODOS quienes quieran hacerlo, sean creyentes o no, es un lugar que irradia paz, serenidad y nos ayuda a encontrar a Dios y a nosotros mismos, en estos tiempos en que tanto necesitamos de ese remanso de paz y sobre todo del encuentro personal e íntimo con quien nos amó sin límites: 

Jesucristo.